San Pedro de Atacama, un rincón mágico, lleno de atractivos y sorpresas en el corazón del desierto más árido del mundo. Este particular destino te invita a descubrir la belleza de la naturaleza en su máxima expresión y la cultura ancestral de los pueblos indígenas y sus habitantes en general.

Este pequeño, pero muy pintoresco y fotografiable pueblo se encuentra en el norte de Chile, a unos 1,600 kilómetros de Santiago. Es literalmente oasis en el desierto y ofrece una amplia gama de actividades emocionantes, donde podrás explorar salares y lagunas altiplánicas hasta la observación de estrellas, planetas y ovnis en algunos de los cielos más despejados del planeta.

La gente de San Pedro es cálida y acogedora, con una fuerte conexión con sus raíces indígenas. Podrás conocer su cultura a través de la artesanía local y la deliciosa gastronomía andina. Prueba platos tradicionales como la "cazuela de cordero" o la "carne de llama".

El paisaje de San Pedro de Atacama es verdaderamente único, con formaciones rocosas surrealistas, géiseres que rugen en el amanecer y salares que se extienden hasta donde alcanza la vista. No te pierdas el Valle de la Luna, que parece sacado de otro mundo.

Para visitar San Pedro y sus alrededores, yo te recomendaría dormir acá al menos 2 ó 3 noches. Te podrás recorrer bastante en este tiempo.